Vivimos en una sistema rígido con medios, en el que
cualquier saliente es silenciado sin dejar huellas. Un hogar en el que los
sentimientos y emociones están a flor de piel y la cornucopia de los actos
reflejos. Todos y todas formamos parte de un ejército (secundario y sin
reconocimiento) de autómatas que son llamados ciudadanos libres y con
derechos. De lo poco que deja margen a
la sociedad para poder salir (mínimamente) del molde, desde mi punto de vista, es la música. Que sí,
también intentan convencernos mediante los medios de comunicación y nos intentan implantar un estilo concreto para
la sumisión y homogeneidad del grupo. Y ese creo que es el papel del rock.
Revolución. Alti-bajos. Realidad,
imperfección y de naturaleza fuerte. Nos arropa cuando el silencio llega
a las almas y da lecciones de vida al centrar nuestros ojos en las biografías
de los cantantes, baterías, guitarristas clásicos o modernos, y en las letras
de sus obras de arte. Reflejan más que la mirada más sincera e inocente de la
tierra. Cuentan retazos de sus vidas,
baches, experiencias y superaciones.
Inconscientemente, todo lo que no se rige a ciertas normas
sociales (obviamente impuestas desde una falsedad) es criticado, maltratado e
incluso objeto de debate continúo y
burla, y no excluyo a nadie del saco.
Pensar, la forma tan fácil y absurda con la que podemos dañar. Con un
simple comentario generalizado nos sentimos ofendidos, pero ¿por qué? . El ser
humano ya viene predeterminado desde el comienza, con ideas innatas y a la
defensiva, cuando el problema no lo tienen los demás, sino nosotros/as
mismos/as, así mismo, tenemos que
entender de que no somos perfectos/as. Parece muy contradictorio, pero lo que
quiero decir es que todo sería menos forzado y presionado si cada uno/a se
mostrase tal y como es, sin prejuicios ni etiquetas. Esto se puede ver
representado en el campo de la música, y es algo que vivimos día a día. El
miedo a ser o dejar de ser, a gustar o no. Incluso a que salga a la luz nuestro
autentico yo. Y eso es lo bonito y complejo en realidad.
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